Hace años en nuestras sesiones de comunión había una gran predominancia de las sesiones de niña con respecto a los niños; pero en estos dos últimos años hemos notado que nuestras reservas para las sesiones de comunión de niño ha crecido notablemente. Siempre pensamos que era pura casualidad y no le dimos mayor importancia hasta que un día viniendo de vuelta a Plasencia de una sesión en exterior una mami de un niño de comunión nos dio la respuesta.
Según ella, los niños no mostraban tanto interés en la sesión de fotos, lo ven como algo que hay que hacer y punto (al menos en la mayoría de los casos). De ahí que aveces salgan en las fotos con gestos un poco forzados. Pero nos decía la mami que nosotros conseguíamos sacar a los niños naturales y que incluso se lo pasaban bien y se reían durante la sesión. Resulta que siempre pensando que las mamis nos buscaban porque creían que nuestras fotos eran bonitas y la realidad es que lo que buscan es algo mucho más sencillo y complicado a la vez: quieren reconocer la personalidad de sus hijos en las fotos y verles disfrutar mientras lo hacen.
Es una de las cosas bonitas que tiene este trabajo, que no solo haces feliz a la gente con tu trabajo sino que con cada sesión que haces aprendes algo nuevo que te hace crecer en tu profesión y aveces incluso hasta en lo personal.
Dicho todo esto os dejamos como ejemplo la sesión de fotos de comunión de Daniel, el cual no solo sale super natural y guapo sino que se lo pasó pipa, bueno él y toda la familia, sobretodo al final de la sesión, jejejeje.
Muchas gracias por contar con nosotros familia! Ha sido todo un placer!!